Croquetas de mejillón

Hola de nuevo!

Hoy os traigo una nueva versión de croquetas. Sabéis que soy gran amante de las croquetas y siempre me gusta estar innovando con ingredientes nuevos.

Hoy preparamos: “Croquetas de mejillón”

Ingredientes

  • 250ml de nata para cocinar
  • 1 litro de leche
  • 250ml de caldo de pescado (para potenciar el sabor a pescado de la masa)
  • 100gr de harina normal
  • 100gr de mantequilla (yo usé 85gr mantequilla/15gr de aceite virgen extra)
  • 300gr de mejillones limpios
  • 1 cebolla (unos 120gr picada)
  • 1 pimiento verde pequeño
  • 1 pimiento rojo pequeño
  • 2 cucharadas de tomate concentrado
  • Sal
  • Cayena molida
  • Opcional: 2-3 hojas de gelatina para ayudar a moldear despues
  • Harina/huevo batido/pan rallado para el empanado

Elaboración

  • Comenzamos picando finamente la cebolla y los pimientos. Lo ideal es que sea muy fino para que después no notemos grandes tropezones al morder, pero sí su sabor.
  • Ponemos en una cacerola ampliar junto con la mantequilla y el aceite a pochar. Vamos a cocinar a fuego lento, durante unos 15 minutos. Nos interesa que se sofrían despacito. La cacerola amplia es recomendable porque vamos a remover bastante y de esta manera lo haremos más cómodos y sin miedo a manchar mucho.
  • Mientras sofreímos las verduras, picamos los mejillones finamente. Yo los compré ya limpios (congelados), aunque si son frescos, deberéis sacarlos de la concha. Para ello podéis usar un plato hondo con un poquito de agua en la base y unos segundos al microondas. Ir mirando de vez en cuando y retirando los que se vayan abriendo hasta que tengáis todos listos.
  • Mientras se sofríen las verduras, también podemos poner en un cazo la leche, la nata y el caldo de pescado, todo junto, a calentar. No nos interesa que hierva, pero sí que esté caliente cuando lo agreguemos a la cacerola.
  • Cuando las verduras estén listas, agregamos el tomate concentrado y los mejillones picados y cocinamos un par de minutos.
  • Seguidamente agregamos la harina y cocinamos a fuego bajo-medio durante unos 3-4 minutos. Es importante cocinar la harina antes de añadir los líquidos para que no nos aporte un sabor crudo a la masa.
  • Una vez tengamos la harina cocinada, agregamos los líquidos. Esto ya a gustos y costumbres: yo suelo añadirlo todo de golpe, pero hay quien prefiere ir poco a poco.
  • Inicialmente nos parecerá que es mucho caldo, pero vamos a cocinarlo durante unos 45 minutos y poco a poco irá espesando.
  • No debemos dejar de remover. Yo al principio suelo usar unas varillas para asegurarme que no se quedan grumos de harina y una vez empieza a espesar y lo tengo bien separado, cambio a una cuchara de madera; pero esto siempre es a gustos.
  • A media cocción de la masa de las croquetas vamos a añadir cayena molida la gusto y sal. Ir añadiendo de poco en poco y probando. Me gusta añadir la cayena molida de poco en poco en vez de sofreír una cayena entera en el sofrito de verduras porque controlo mejor el nivel de picante. En casa siempre tengo croquetas listas, pero nunca sé quién se las va a acabar comiendo y es por eso por lo que no suelo dejarlas muy picantes.
  • Si queremos que a la hora de moldear nos resulte más sencillo, un truco de la alta cocina es añadir unas hojas de gelatina a la masa. Con ellas conseguimos que mientras esté fría la masa, esta esté más sólida y manejable. Cuando las freímos, la gelatina se funde y vuelve a la masa más cremosa. Si queremos usar el truco, deberemos humedecer las hojas de gelatina en agua fría unos 10 minutos y añadir a la masa al final de la cocción removiendo bien para asegurar que está bien integrada.
  • La masa estará cocinada cuando al removerla veamos que se despega de las paredes de la cacerola.
  • Pasamos a una fuente para enfriar y cubrimos con un papel film en contacto con la masa para evitar que se nos forme costra en la masa mientras enfría.
  • Yo suelo dejar la masa en la nevera, una vez está templada, de un día para otro para que coja más consistencia y sea más sencillo bolear.
  • Por último, al día siguiente, le damos forma a cada croqueta con la mano y la pasamos por harina/huevo/pan rallado. La harina es algo que tambien va según costumbres. Yo sí que suelo enharinar porque tiendo a dejar la masa muy melosa y por tanto necesito asegurar un empanado uniforme y compacto.
  • Podéis ponerlas sobre una bandeja y meterlas al congelador después en esa misma bandeja. Pasadas unas 4-5 horas se habrán endurecido lo suficiente por la congelación como para poder pasarlas a una bolsa hermética y tenerlas listas en el congelador para cuando haga falta.
  • Recordar freírlas siempre con suficiente aceite de oliva como para que las cubra totalmente, a unos 180ºC. Es mejor usar un cazo pequeño y freír en varias tandas que usar una sartén mayor ya que si caben más bajará la temperatura del aceite al meterlas y además gastaremos innecesariamente más aceite. En mi caso, siempre frío las croquetas descongeladas.

Hasta la próxima!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *